La epidemia del virus del Ébola que afecta a ciertos países de África preocupa a los habitantes de del resto del mundo. Algunas informaciones esenciales permiten no perder la cabeza inútilmente y adoptar una buena actitud frente a una persona que puede ser sospechosa de estar infectada.
3 condiciones deben ser reunidas para contemplar la infección de una persona por el virus del Ébola.
El virus no es contagioso durante la incubación y una persona que no tiene fiebre no es contagiosa.
Una persona que presenta estos 3 factores de riesgos debe llamar a emergencias y no acudir a un centro hospitalario para evitar contaminar a otras personas.
Una ambulancia del SAMU, así como personales sanitarios formados para hacer frente a este tipo de situación, irá al domicilio del paciente.
El paciente es trasladado en camilla y cubierto con un equipo de protección a un hospital especializado.
El paciente luego es trasladado a un cuarto de aislamiento de alta seguridad con una capa protectora en la entrada. Este sistema permite particularmente evitar la diseminación del virus hacia fuera.
El personal de salud lleva trajes que los cubren totalmente para evitar estar en contacto con el sudor, las heces, los vómitos y la sangre del enfermo.
Un análisis de sangre es efectuado con el fin de efectuar un diagnóstico preciso de la contaminación por el virus del Ébola.
La muestra de sangre es enviada a un laboratorio especializado.
Si el diagnóstico es confirmado, la persona permanece hospitalizada con el fin de recibir cuidados que permiten actuar sobre las manifestaciones.
Las personas que han estado en contacto con el enfermo infectado deben ser identificadas y vigiladas estrechamente.
Foto: © jpgon - Fotolia.com