Epiglotitis

La epiglotitis es una inflamación severa de la epiglotis. La epiglotis es una estructura cartilaginosa como un pliegue que se localiza en la garganta. Mientras se deglute, la epiglotis se pliega sobre la tráquea y las cuerdas vocales para evitar que los alimentos y los líquidos pasen al pulmón. Una inflamación de la epiglotis puede provocar un cierre rápido de las vías respiratorias de una persona y provocarle dificultad para respirar.

¿A quién suele afectar?

La epiglotitis es rara y requiere atención médica inmediata, ya que, en poco tiempo, puede ser potencialmente mortal. Afecta, sobretodo, a niños de 3 a 7 años, que viven en países que no ofrecen vacunas, lactantes menores de dos meses, adultos de 40 años de edad (muy raro). Los hombres (especialmente los afroamericanos e hispanos) la padecen con más frecuencia que las mujeres. Otros factores que pueden favorecer su aparición son: vivir en lugares cerrados, asistir a centros de cuidados diurnos, la escuela o trabajar en una oficina.Es más frecuente en invierno.

Sus causas

  • Infecciosas (bacterias, virus y hongos): el Haemophilus influenzae tipo b causa el tipo más mortal de epiglotitis; no es el mismo microorganismo que causa la gripe. En el pasado era el agente causal más frecuente pero desde que se inició la vacunación contra este virus en los niños, en realidad ahora prevalece más en adultos que en niños. También pueden ser responsables los Streptococcus pneumoniae, los Streptococcus A, B y C, la Cándida albicans o el virus de la varicela zoster.
  • Las quemaduras por líquidos calientes
  • Lesiones físicas en el área de la garganta
  • La cocaína y el crack

Cuando la causa es infecciosa puede ser contagiosa

Su contagio es muy parecido al del resfriado común, a través de gotas liberadas cuando se estornuda y tose. Cualquiera puede desarrollar una epiglotitis.

Síntomas

Los síntomas pueden ser bastante poco específicos y pueden ser causados por otras enfermedades no tan graves. Cursa con tos, fiebre alta, ardor de garganta y dolor de garganta intenso, dificultad para tragar, babeo, voz apagada, dificultad para respirar que aumenta de forma progresiva (el paciente se suele inclinar hacia adelante y arquear el cuello hacia atrás para respirar), estridor (sonidos rasposos o chirriantes mientras entra el aire causados por la obstrucción de las vías respiratorias), síntomas asociados con niveles bajos de oxígeno (Cianosis o tinte azulado en la piel o en los labios, estado de
confusión e irritabilidad).
Los síntomas se manifiestan de forma subita y empeoran con rapidez.

Diagnóstico

Es importante la rápida hospitalización del paciente. Al llegar al hospital el médico, si no tiene problemas para respirar, puede utilizar un espéculo para observar el interior de la garganta. El diagnóstico se suele realizar por los síntomas aunque puede completarse con un radiografía de cuello (que puede detectar si la epiglotis está inflamada), un cultivo de sangre para detectar bacterias y un análisis de sangre para comprobar si existe infección. Una nasolaringoscopia insertando un tubo luminoso pequeño a través de la nariz para observar las estructuras como la epiglotis y un cultivo de garganta también pueden estar indicados.

Tratamiento

Lo primero será estabilizar las vías respiratorias. Después se darán los medicamentos adecuados según la causa. También puede que usted presente enfermedades secundarias que deban tratarse, según la causa de la epiglotitis (p. ej., infecciones sanguíneas causadas por Streptococcus ).
Si el paciente puede respirar será controlado de forma estricta en una unidad de cuidados intensivos. En caso de que no pueda respirar puede ser necesaria una intubación endotraqueal o una traqueotomía.
Una vez que se estabilizan las vías respiratorias, será controlado y se le administrarán medicamentos:
También está indicado un tratamiento con antibióticos asociados, generalmente, a corticoides.

Pronóstico

Cuando la inflamación disminuye, se puede retirar el tubo de respiración. Generalmente no hay ningún efecto secundario de epiglotitis que perdure y el pronóstico es bueno.

Prevención

La vacunación es la única manera de prevenir la epiglotitis. Existen tres vacunas diferentes que pueden administrarse (HbOC, PRP-OMP y la PRP-T). Actualmente los lactantes que nacen en EE. UU. reciben una de estas vacunas a los dos meses de edad. Desde que comenzó la vacunación, los adultos corren incluso menos riesgo de desarrollar epiglotitis. Sin embargo, si presenta compromiso inmunológico o toma medicamentos que lo pueden hacer más susceptible a la enfermedad, hable con el médico sobre la posibilidad de ser vacunado. Puede recetarse un antibiótico a los familiares y otras personas que han estado en algún momento en los 5 a 7 días anteriores con una persona afectada y a todo el personal que realiza los cuidados diarios.

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