Glucosamina: Indicaciones, posología y efectos secundarios
Definición
La glucosamina (o sulfato de glucosamina o clorhidrato de glucosamina) es un aminoácido que fabrica el organismo a partir de la glucosa y de la glutamina. Esta sustancia permite mantener en buena salud el cartílago articular.
Usos
La glucosamina es utilizada para luchar contra los síntomas de la artrosis cuando esta es ligera y moderada. La glucosamina permite aliviar los dolores y recuperar una parte de la movilidad de las articulaciones afectadas. Es empleada sobre todo en caso de artrosis de rodilla, pero también en caso de artrosis de cadera (resulta poco eficaz en caso de artrosis vertebral). Además, la glucosamina es utilizada para disminuir la evolución de la artrosis. En ciertos casos, permite evitar una intervención quirúrgica para colocar una prótesis.
Finalmente, se utiliza para acelerar la curación en los atletas que han sido víctimas de una herida articular (particularmente a nivel de la rodilla]).
Propiedades
No se sabe exactamente cómo funciona la glucosamina. Es posible que aumente la acción lubricante del líquido sinovial naturalmente presente en las articulaciones. El líquido sinovial sirve para limitar las fricciones durante los movimientos). Es extraída del caparazón de ciertos crustáceos, como gambas, cangrejos o langostinos. Como complemento alimentario, la glucosamina puede ser empleada con toda tranquilidad porque no conlleva riesgos (presenta menos efectos secundarios que los antiinflamatorios no esteroideos).
Posología
La glucosamina existe en formas diversas. Por lo general, se recomienda tomar 1,5 g de glucosamina al día con las comidas para luchar contra una artrosis ligera o moderada. En todos los casos, el tratamiento debe ser tomado entre un mes y un mes y medio antes de sentir plenamente los efectos. Generalmente la glucosamina es combinada con condroitina (que favorece la reconstrucción del cartílago), en particular si el alivio es insuficiente después de dos meses de tratamiento.