Llamamos aguas sulfurosas (o agua sulfurada) a un agua que tiene una cierta concentración de sulfuro de hidrógeno (compuesto de azufre). Un agua sulfurosa se reconoce por su fuerte olor a huevos podridos. Las estaciones termales ofrecen tratamientos a base de aguas sulfurosas, debido a sus propiedades beneficiosas sobre los pulmones y la piel. Cuando la tasa de sulfuro de hidrógeno es baja, el agua sulfurosa puede utilizarse como agua mineral. Sin embargo, puede provocar reacciones en la piel o ataques de asma.