Con la muscularis mucosae y el epitelio de revestimiento, la lámina propia representa la tercera capa de tejidos conjuntivos que forman la mucosa que recubre el tubo digestivo desde la boca hasta el recto. Formado por células y fibras conectivas, la lámina propia cuenta con una red vascular extremadamente densa que favorece, entre otras cosas, la absorción nutricional después del proceso de digestión. Además, este tejido conectivo laxo tiene un arsenal que le permite protegerse contra ataques bacterianos que pueden afectar el sistema digestivo.