La demencia vascular es una demencia degenerativa, es decir, una pérdida progresiva de las capacidades intelectuales, memoriales, de elaboración y relacionales. Se diferencia de las otras demencias por la diversidad de los transtornos que presenta y por la predominancia de los signos neurológicos. Estos corresponden, de hecho, al mecanismo de evolución de la demencia vascular que es el resultado de una multitud de pequeñas lesiones causadas por accidentes isquémicos a nivel del cerebro.