Todos los mamíferos están recubiertos de pelo. Este pelo tiene una función de protección contra los agentes externos pero también sirve para calentar la epidermis. Todos los pelos son eréctiles, es decir, tienen la capacidad de erectarse. Esto es lo que conocemos con el nombre de horripilación. Este fenómeno se produce gracias a los músculos horripiladores que se sitúan en la base del pelo. También se les denomina músculos arrectores. Los músculos horripiladores se contraen en caso de frío, de estrés o incluso de excitación sexual.