Todo el mundo no tiene la misma sensibilidad al dolor. De forma general, el umbral de sensibilidad al dolor es más bajo en las mujeres que en los hombres. Sin embargo, las diferencias de sensibilidad al dolor son tales que, para evaluarlas, la medicina sólo puede basarse en percepciones subjetivas. Así se le solicita al paciente que estime la intensidad de su dolor en una escala del 1 al 10, lo que permitirá reevaluar este dolor en esta escala que será significativa en un mismo paciente. Hay que destacar que la sensibilidad al dolor puede variar ya que aumenta, por ejemplo, en caso de estrés.