La hiperemia se define por una congestión en un vaso provocada por la acumulación de sangre. Este aflujo de sangre masivo se debe, generalmente, a un aumento de la actividad de un órgano. Hablamos de hiperemia funcional cuando la hiperemia es de esta naturaleza, como en el caso de una erección, por ejemplo. La hiperemia reactiva es causada por una inflamación, una lesión o una patología. Se trata de una respuesta inmunitaria que aparece, por ejemplo, cuando levantamos un palo o garrote.