Consejos y recomendaciones para la higiene íntima masculina y femenina.
Tanto el hombre como la mujer deben mantener una correcta higiene genital por dos razones fundamentales. En primer lugar, por respeto hacia la otra persona y para que la relación sexual no se vea frenada por el asco que pueda sentir uno de los miembros de la pareja.
En segundo lugar, para evitar cualquier tipo de infección que perjudique la salud y el bienestar sexual. En efecto, los fuertes olores provenientes de la zona genital suelen indicar la presencia de una infección. Ahora bien, muchos hombres y mujeres se preguntan frecuentemente en qué consiste una correcta higiene íntima, con qué frecuencia debe realizarse, con qué productos y si es necesario lavarse antes y después del acto sexual.
Tan perjudicial para la salud es una higiene íntima insuficiente como una higiene excesiva.
Cuando no se lavan correctamente los genitales se corre el riesgo de que aparezcan infecciones y otras molestias, como olores fuertes, picazón o ardor.
Por otra parte, la limpieza excesiva puede provocar sequedad y causar dolor durante la penetración, además de perturbar la flora vaginal cuyo objetivo es defender los órganos sexuales femeninos de las infecciones por bacterias u hongos.
Generalmente, mientras que la higiene íntima femenina suele ser demasiado frecuente, la higiene masculina muchas veces es insuficiente. Tanto hombres como mujeres deben aprender los hábitos adecuados para una limpieza íntima sistemática y cotidiana.
Los hombres piensan poco en la limpieza de sus genitales sin saber que la falta de higiene puede dar lugar al nacimiento de hongos, bacterias e infecciones. Al igual que las mujeres, los hombres deben lavarse correctamente los genitales todos los días.
Durante el baño o ducha diario, los penes no circuncidados requieren un cuidado específico y deben limpiarse con agua abundante y jabón, prestando especial atención a la zona del glande. Hay que retirar hacia atrás el prepucio y limpiar bien esta zona porque suele acumular secreciones. No olvides consultar con tu médico si notas secreciones extrañas. Asimismo, el resto del cuerpo del pene y los testículos deben lavarse suavemente con agua y jabón.
A continuación, seca la zona completamente con una toalla diferente a la que has utilizado para secar el resto del cuerpo. Limpia con cuidado la zona inguinal y sécala bien. Después de mantener relaciones sexuales con una mujer durante su menstruación, se aconseja lavar los genitales, ya que la sangre es un medio favorable para el crecimiento de microbios.
Es aconsejable examinar cuidadosamente los testículos cuando se limpian para detectar posibles anomalías. El cáncer de testículos es el más común entre los hombres jóvenes, pero tiene un índice de recuperación del 90 % si se detecta a tiempo.
El mejor momento para examinar los testículos es tras haber tomado un baño o una ducha, ya que la piel del escroto está más suelta.
Se realiza enrollando cada testículo entre el pulgar y los dedos, moviendo la piel con suavidad y palpando toda la superficie en busca de cambios de textura, tacto, tamaño y peso. Es posible que el epidídimo (una masa muy rizada de tubos que almacenan el esperma al final del testículo) se note más duro al tocarlo pero esto no es un indicio de tumor.
Cuando se toma un baño, hay que dejar caer abundante agua sobre los genitales y lavarlos con agua y jabón neutro. La higiene íntima de una mujer debe excluir el interior de la vagina y limitarse a la vulva.
No se debe usar jabón ni ningún otro tipo de producto dentro de la vagina. Tampoco se recomiendan las llamadas duchas vaginales porque dañan el pH interno y rompen el equilibrio de la flora vaginal (conjunto de bacterias que viven de manera natural y sin causar daño en la región vaginal y que ayudan en la prevención de infecciones por hongos). Es muy importante secar bien la zona genital, así como los pliegues inguinales y de los glúteos, puesto que la humedad favorece la proliferación de hongos y bacterias.
Después de orinar o defecar hay que limpiar la zona desde la vagina hacia el ano, es decir, de adelante hacia atrás. Así, evitaremos que las bacterias del ano lleguen a la mucosa vaginal, muy sensible, y provoquen una infección genital.
Durante la limpieza genital diaria no conviene enjabonarse los labios vaginales para evitar la irritación de la vulva. Durante la menstruación se recomienda tomar duchas o baños regulares. No se deben utilizar, salvo indicación médica, irrigaciones ni desodorantes vaginales.
No es perjudicial tener relaciones sexuales durante la menstruación pero es preferible limpiar rápidamente la zona después del acto, ya que la sangre es un medio favorable para la proliferación de microbios.
Mediante el examen regular de los senos se pueden detectar bultos, cambios en la forma o secreciones de los pezones. Por eso, la mujer debe examinarse los pechos una vez al mes. El mejor momento para hacerlo es el segundo o tercer día después de la menstruación porque es poco probable que los pechos estén sensibles y duelan.
Las mujeres que han llegado a la menopausia deben explorarse los senos el mismo día una vez al mes.
Asimismo, se recomienda acudir al ginecólogo al menos una vez al año.
Para aquellas personas que tengan herpes genital, realizarse la prueba de la mucosidad cervical es muy importante, ya que esta patología es un factor de riesgo para el cáncer.
Del mismo modo, si una mujer ha tenido relaciones sexuales con un hombre infectado por el virus del papiloma humano (provoca la aparición de verrugas genitales), debe hacerse una revisión cada año durante toda su vida, ya que es más propensa a desarrollar una condición precancerosa en el cérvix.
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