Los fármacos expectorantes favorecen la expulsión de las flemas contribuyendo a la curación de catarros, gripes y resfriados.
Qué es un expectorante
Un expectorante es un medicamento que hace expectorar, es decir, ayuda a arrancar y a expulsar por la boca las flemas y secreciones que se acumulan en la faringe, la laringe, la tráquea o los bronquios.
Para qué sirve un fármaco expectorante
Los medicamentos expectorantes aumentan la secreción de agua que fabrican las glándulas de las submucosas, las glándulas salivares y las glándulas de la mucosa nasal.
Los expectorantes logran su objetivo de dos formas: estimulando un reflejo vagal gastropulmonar o fluidificando la mucosidad de los bronquios.
Qué medicamentos o fármacos ayudan a expulsar flemas
Hay tres familias de expectorantes: los yoduros, la guaifenesina y el suero hipertónico.
Los llamados
yoduros , como el yoduro potásico y el yoduro sódico aumentan la secreción acuosa que producen las glándulas de las submucosas, las glándulas salivales y la mucosa nasal. Se toman por vía oral, en dosis de 1-1,5 g cada ocho horas. El consumo prolongado de este tipo de fármacos puede producir algún problema digestivo o de la glándula tiroides.
La
guaifenesina disuelve la mucosidad que se ha formado en los bronquios facilitando su expulsión con la tos. Este fármaco se comercializa solo o asociado a otros fármacos como los antihistamínicos. La guaifenesina se administra por vía oral cada cuatro horas.
El
suero hipertónico ayuda a obtener una muestra de secreción de los bronquios en aquellos pacientes que no expectoran. Dicho de otro modo, el fármaco induce el
esputo. Las nebulizaciones con suero salino hipertónico provocan tos e hidratan las secreciones de las vías respiratorias. Como efectos secundarios nocivos, el suero hipertónico puede producir broncospasmo por irritación bronquial o broncorrea (fabricación abundante de
moco).
Por qué no es lo mismo un mucolítico que un expectorante
Los
medicamentos con acción mucolítica son sustancias capaces de destruir las estructuras físicoquímicas de las secreciones bronquiales anormales. De esta forma disminuyen la viscosidad de las mucosidades y favorecen, así, su expulsión. Aunque su acción ha sido cuestionada por muchos profesionales, distintas pruebas han demostrado que son eficaces para disminuir el número de exacerbaciones en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y en los pacientes afectos de fibrosis quística y problemas en los cilios de los bronquios.
Por su parte, los
medicamentos expectorantes aumentan la secreción de agua que fabrican las glándulas de las submucosas, las glándulas salivares y las glándulas de la mucosa nasal para que las secreciones sean más fluidas.
Expectorantes para niños
Fármacos como la guaifenesina, el acetilcisteina (Flumil) y el ambroxol (Mucosan) tienen propiedades tanto mucolíticas como expectorantes y pueden ser administrados a niños.
Otros fármacos expectorantes indicados para su uso en niños son la bromhexina (Bisolvon) y la carbocisteína (Actithiol infantil, Pectox).
Un punto importante a tener en cuenta es que estos medicamentos
mucolíticos y expectorantes no deben ser utilizados en niños menores de dos años porque conllevan riesgo de obstrucción bronquial.
Jarabe expectorante
Todos los expectorantes descritos en el apartado anterior están disponibles en el mercado en forma de jarabe o solución. Se administran cada ocho horas.
Expectorantes caseros
El agua y una correcta hidratación es el mejor expectorante casero que se conoce.
Las frutas y verduras y, particularmente, los jugos de manzana y de limón favorecen la expectoración.
Algunas plantas medicinales tienen propiedades expectorantes, por ejemplo, el hinojo, la mejorana, la malva, el tomillo y el boldo.
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