La vigorexia es una enfermedad reconocida por la OMS que afecta a las personas dependientes a una práctica excesiva de deporte. Aproximadamente, el 15 % de quienes practican entre una a varias horas de deporte al día pueden sufrir vigorexia. El riesgo de dependencia está presente en los deportistas aficionados que entrenan alrededor de 10 horas a la semana. Esta adicción consiste en practicar más tiempo el deporte, ya que no se siente bien si deja de hacerlo.
El deporte libera endorfinas lo que provoca bienestar y una sensación de plenitud. Los deportistas con vigorexia buscan sin cesar aumentar este "placer" que puede conducir a una verdadera adicción.
Las razones de esta adicción al deporte son varias, como la envidia, la obsesión por verse atlético, la necesidad de colmar un vacío afectivo o profesional, la presencia de un narcisismo, la voluntad de sobrepasar sus límites y tener una mejor autoestima.
La vida cotidiana de una persona afectada por la vigorexia está totalmente organizada alrededor del deporte, lo que puede provocar problemas familiares y profesionales. Practicar el deporte se hace una obsesión que tiene preponderancia sobre las otras cosas.
Los deportistas más propensos a sufrir vigorexia son quienes practican fisicoculturismo y resistencia.
Los riesgos de una dependencia al deporte se asocian a la misma práctica excesiva. Por ejemplo, el agotamiento general debido a una intensa actividad deportiva. Existen riesgos de desgarres musculares, lesiones en los tendones, fracturas óseas e infarto, entre otros.
El riesgo de una dependencia a productos anabolizantes o proteínas es también muy real en ciertas personas, especialmente en quienes hacen pesas.
Las personas que presentan vigorexia tienden a negar su adicción a la práctica excesiva de deporte, incluso aumentan la frecuencia de sus actividades físicas para contradecir a sus familiares y amigos.
A menudo es necesario consultar a un psicólogo o médico especialista en adicciones. Este paso es posible solo cuando la persona acepta la idea que es dependiente al ejercicio.
Se aconseja diversificar sus actividades físicas, practicar deporte de manera menos aislada, es decir, con otras personas. Practicar por bienestar y no por obligación. El deporte debe ser un verdadero placer y no una limitación.
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