El choque séptico se define por la presencia de una sepsis grave pero en el que la hipotensión resultante no mejora a pesar de la perfusión y el llenado de los vasos sanguíneos. En este contexto, los fármacos activos sobre los vasos como la dopamina, dobutamina, epinefrina o norepinefrina se deben administrar por vía sanguínea esperarando ofrecer una mejor perfusión de los órganos afectados por el choc. Mientras tanto, se debe instaurar el tratamiento de la infección generalizada y buscar las causas que lo han provocado.