La disfagia etimologicamente se define como una dificultad para comer pero designa más particularmente a una sensación de incomodidad para tragar, que puede estar situada en la boca, en la laringe o en el esófago. No es dolorosa y es descrita por los pacientes como una sensación de interrupción o bloqueo de los alimentos.
La disfagia puede deberse a las dificultades en la deglución por un cuerpo extraño, trastornos nerviosos, medicamentos, inflamación del esófago, divertículos esofágicos voluminosos, alteraciones motoras del esófago o a la compresión del esófago por un tumor.
También puede ser debida al estrés: habla entonces de globus histérico. En función de la sospecha diagnóstica podemos practicar una endoscopia esofágica u otras pruebas.