Entre el 30 % y el 40 % de la población puede tener un reflujo gástrico (ERGE) y entre el 25 % y el 30 % de los afectados consulta a su médico por este tipo de malestar. A veces, solo es necesario cambiar los hábitos para mejorar los síntomas provocados por el reflujo gastroesofágico.
El esfínter esofágico, una válvula protectora, normalmente tiene la función de evitar que el contenido del estómago regrese al esófago. El reflujo gastroesofágico es causado por un mal funcionamiento del esfínter esofágico, válvula situada entre el esófago y el estómago. Esto causa el reflujo ácido que va desde el estómago hacia el esófago.
Hay muchos síntomas que pueden evidenciar un reflujo gastroesofágico, como pirosis, ardor de estómago que aparece mientras la persona está acostada, esta sensación aparece debajo del esternón y aumenta después de una comida; ardor epigástrico, aparece cuando los jugos gástricos del estómago ascienden hacia el esófago; ronquera, dificultad para tragar, tos seca o dificultad para respirar, a menudo durante la noche, similar a los síntomas que sufren las personas asmáticas; dolores que pueden evocar la angina de pecho.
Los medicamentos que se venden en las farmacias sin receta médica, que alivian al paciente del ardor de estómago, no deben tomarse durante períodos largos. Los antiácidos neutralizan el ácido contenido en el estómago, son sales (aluminio, calcio, magnesio) que neutralizan la acidez local del contenido en el estómago y se toman tan pronto se produzcan los síntomas de reflujo. Los alginatos forman un gel viscoso que proporciona protección en el revestimiento frente a los ácidos. Incluso los antihistamínicos H2, los antagonistas de los receptores H2 de histamina inhiben la secreción del ácido en el estómago. Otros fármacos, como los inhibidores de la bomba de protones, solo bajo prescripción de un médico, se pueden recomendar en algunos casos. Consultar a un médico se recomienda.
Las complicaciones se añaden a los síntomas moderados antes mencionados. Las complicaciones incluyen dolor durante la deglución, voz ronca que dificulta el habla, tos seca, recaída, cansancio generalizado, dolor gástrico violento acompañado de vómitos, pérdida de peso, anemia, saliva con sangre y sangre en las heces. Es absolutamente esencial consultar a un médico si estos acontecimientos aparecen brutalmente a partir de los 50 años de edad. El reflujo gastroesofágico (ERGE) no tratado puede resultar en una alteración del revestimiento del esófago y causar una alteración de la mucosa del mismo, causando esofagitis, es decir, una inflamación del esófago. La esofagitis puede ser grave y complicarse en una úlcera, dificultad para tragar, estenosis péptica (constricción de la parte baja del esófago) y, en casos raros, un cáncer de esófago. En estos casos, la consulta médica es urgente.
En primer lugar, es bueno comer lentamente, tomarse todo el tiempo necesario para masticar bien los alimentos con el fin de evitar una sobrecarga de trabajo en el estómago. Los alimentos que deben preferirse son aquellos que aumentan la presión del esfínter esofágico con el fin de evitar el reflujo. Alimentos ricos en proteínas se recomiendan, como carne, aves de corral (pollo, pavo) pero siempre evitar la piel, pescado, queso y productos lácteos bajos en grasa con leche descremada, evitando el exceso de grasa.
La mayoría de los alimentos ricos en grasas ponen bajo tensión el esfínter esofágico, lo que favorece el reflujo. Hay que evitar leche entera, chocolate, especias, hierbas, cítricos, menta, cebolla y salchichas, pues son alimentos de alto riesgo. Evitar el ayuno prolongado para no dejar vacío el estómago y, entonces, ser vulnerable a los ataques de los ácidos. También se recomienda esperar al menos dos horas antes de dormir y descansar inmediatamente después de comer.
En cuanto a las bebidas, no es muy recomendable beber demasiado líquido durante la comida; es mejor si se hace antes, alrededor de media hora antes de la comida. Las bebidas gaseosas deben evitarse ya que causan hinchazón, que empeora el reflujo. Lo mismo para las bebidas alcohólicas, es mejor evitar el vino, la cerveza o el licor ya que contribuyen a la liberación del esfínter, lo que agrava el problema de reflujo. Peor aún si se consume con el estómago vacío. El té y el café también deben evitarse ya que, al igual que las bebidas alcohólicas, favorecen la liberación del esfínter y, además, irritan el revestimiento del esófago.
Es bueno evitar el estrés y la tensión ya que agravan los síntomas del reflujo. La práctica de deporte ayuda a aliviar las tensiones y asegura una sensación de bienestar general. Tener un sueño tranquilo y reparador, hacer algunos ejercicios de respiración profunda, eliminar la tensión con un baño caliente son actividades que pueden reducir el estrés.
La sobrecarga a nivel abdominal agrava la presión en el estómago y, por consiguiente, las manifestaciones gástricas. Para quienes sufren de obesidad, se recomienda perder peso. Por otra parte, prendas de vestir y cinturones demasiado estrechos aumentan la presión sobre el abdomen.
Algunos medicamentos pueden causar o agravar los síntomas de la enfermedad de reflujo gastroesofágico, como la aspirina (ácido acetilsalicílico) y antiinflamatorios no esteroides (AINE). Se recomienda hablar con el médico sobre otros medicamentos que pueden ser una alternativa, incluyendo aquellos para el tratamiento de la osteoporosis, que también deben evitarse.
El tabaco aumenta la acidez gástrica. Elevar la cabeza por lo menos 10 cm del nivel de la cama ayuda a evitar que el contenido del estómago regrese al esófago, ya que incluso inclinarse hacia adelante puede promover el reflujo.
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