El peritoneo es una membrana muy delgada y sólida, formada por dos capas que pueden desplazarse una sobre la otra: la capa denominada parietal recubre toda la pared interna de la cavidad abdominal, mientras que la llamada visceral recubre la superficie externa de todos los órganos situados en la cavidad abdominal: hígado, páncreas, bazo, estómago, intestino delgado y colon, entre otros.
La función principal del peritoneo es la protección de los órganos contra la infección y permitir que se deslicen por la cavidad abdominal. El peritoneo puede ser objeto de una infección llamada peritonitis, que puede ocurrir espontáneamente o como consecuencia del derrame en la cavidad peritoneal, normalmente vacía, de material procedente de algún órgano. Esta peritonitis se manifiesta por dolor abdominal severo que se propaga rápidamente por todo el abdomen provocando trastornos digestivos, fiebre y un abdomen endurecido. Una vez confirmada la peritonitis debe ser tratada con antibióticos y la cirugía es necesaria.