La peritonitis es una inflamación del peritoneo, la membrana que rodea a los órganos de la cavidad abdominal. El peritoneo se compone de dos capas, una que recubre la cavidad abdominal y la otra que está en contacto directo con los órganos. A menudo, la peritonitis está vinculada a la infección de uno de estos órganos, que se extiende hasta el peritoneo después de su ruptura. Entre las causas más frecuentes de la peritonitis, se encuentran una apendicitis mal atendida o una úlcera perforada.
En la forma típica de peritonitis aguda se presentan dolores abdominales violentos, localizados o extendidos a todo el abdomen. Si el dolor está localizado, su ubicación puede apuntar hacia la causa y su propagación suele ser rápida. A menudo, hay vómitos y el tránsito intestinal se detiene. La fiebre, además, pone de relieve la presencia de una infección en curso. Otros signos presentes son el ritmo cardíaco acelerado o la presión arterial baja.
El diagnóstico de peritonitis se sospecha por los signos descritos por el paciente y sus circunstancias de aparición. Además, con la palpación del abdomen, generalmente se encuentra el vientre endurecido y dolor al palpar. Los exámenes complementarios, como radiografía o resonancia magnética, son útiles para confirmar el diagnóstico en caso de duda, antes de realizar una cirugía. En los análisis de sangre, por otra parte, se encuentran los marcadores de la inflamación en aumento.
La peritonitis requiere hospitalización y cirugía de emergencia. Al inicio, se administran antibióticos por vía intravenosa. A continuación, se procede a realizar la incisión del abdomen para limpiar el conjunto de la cavidad abdominal a través de un lavado peritoneal y, finalmente, se trata la causa de la enfermedad (ablación del apéndice o sútura de la úlcera). Además, se administran los antibióticos adecuados para la infección y completar el tratamiento. Un período de convalecencia es necesario.
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