La pérdida de apetito se llama, en términos médicos, anorexia y puede tener muchas causas, benignas o no.
Si sólo dura unos pocos días, no hay necesidad de preocuparse: un poquito de estrés por el trabajo o la tristeza temporal es suficiente para reducir el apetito, incluso una infección transitoria o enfermedad. De todas maneras siempre es mejor consultar para saber la causa exacta.
También puede poner de manifiesto un trastorno psicológico como la depresión o una anorexia nerviosa o incluso una enfermedad más o menos grave del sistema digestivo, corazón, respiratorio ...