El linfoma es un cáncer que afecta al sistema linfático, que garantiza el sistema inmunológico. La causa que lo provoca es una proliferación incontrolada de las células linfoides a partir de los ganglios linfáticos o de otros órganos linfoides como el bazo o el hígado, por ejemplo. Existen dos tipos principales de linfoma: los linfomas malignos no Hodgkinianos y el linfoma de Hodgkin.
Los linfomas no Hodgkinianos pueden desarrollarse a partir de los linfocitos B (en el 85% de los casos) o de los linfocitos T (en el 15 % de los casos).
Existen otras numerosas subcategorías de linfomas aunque las características comunes son generalmente que afectan a los adultos después de los 50 años y se manifiestan con un cuadro de pérdida de peso significativa con adenopatías (inflamación de los ganglios), aumento del tamaño del bazo y del hígado. La biopsia de un ganglio y el análisis de la muestra es necesario para hacer el diagnóstico y caracterizar el tipo de linfoma. Esto orientará al tratamiento a proponer.
El linfoma o enfermedad de Hodgkin es menos frecuente, a menudo se presenta como una tumefacción ganglionar; la biopsia de este ganglio permite el diagnóstico.
Hay que tener en cuenta que los linfomas también pueden desarrollarse a partir de órganos no linfoides como el linfoma gástrico (que aparece en el estómago) o el linfoma cutáneo.