Los cánceres de las amígdalas forman parte de los cánceres de las vías aereodigestivas superiores (VADS) que comparten muchos puntos en común. Estos tipos de cáncer afectan principalmente a los hombres de más de 50 años y su principal factor de riesgo es la intoxicación conjunta por alcohol y tabaco. El propio cáncer de amígdalas no es inmune a estos problemas, pero está más influenciado por el hecho de fumar. A parte de que existan factores de riesgo idénticos entre este tipo de cánceres, el cáncer de las amígdalas puede estar asociado con otras lesiones de las vías aerodigestivas superiores.
Varios síntomas pueden sugerir un cáncer de amígdalas: dificultad para tragar u odinofagia, dificultad para alimentarse o disfagia, dolor de garganta y, a veces, del oído (otalgia) de un lado, sensación de tener un cuerpo extraño en la garganta, aumento en el tamaño de los ganglios del cuello o en el ángulo de la mandíbula. A menudo es un conjunto de manifestaciones poco específicas, pero lo que nos debe llamar la atención es que se presenten en un fumador de unos 50 años. Estas personas deberían consultar ante la aparición de cansancio, una pérdida de peso y una disminución del apetito..
Ante estos signos, el médico procederá a un examen de la cavidad bucal, y toda lesión sospechosa deberá ser objeto de una biopsia. El exámen de referencia es una endoscopia, es decir, la visualización directa de las cavidades involucradas. Ya que tienen los mismos factores de riesgo todas las vías aerodigestivas superiores deben ser exploradas en el curso de esta endoscopia realizada bajo anestesia general y llamada panendoscopia de las VADS. Se realiza, pués, una biopsia de la lesión sospechosa y también de otras que se puedan encontrar, para analizar la naturaleza de estas lesiones. Si una de ellas es cancerosa será necesario hacer un estudio de extensión, es decir la realización de exámenes que permite poner en evidencia la existencia de otras localizaciones de células cancerosas que habrían emigrado a los ganglios vía la circulación linfática o metástasis en otros órganos.
Existen varias opciones de tratamiento para tratar el cáncer de las amígdalas y dependerán de la clasificación del cáncer realizado después del estudio de extensión. A menudo, la quimioterapia se hace inicialmente para tratar de reducir el tamaño del tumor que se extirpa después mediante la cirugía. Los ganglios afectados también deben ser extirpados; la radioterapia completará el tratamiento.
Para evitar el desarrollo del cáncer de las amígdalas y, por extensión, de todos los cánceres de las VADS debería suprimirse la exposición al humo de tabaco y al alcohol.