Ciertas enfermedades en los riñones pueden exigir que el paciente realice un tratamiento de hemodiálisis. Aprende en este artículo qué es la hemodiálisis y otros datos importantes sobre el procedimiento.
La hemodiálisis es un procedimiento médico mediante el cual una máquina desempeña las funciones de limpieza y filtrado de la sangre, algo que normalmente hacen los riñones. Esto se realiza mediante un proceso físico-químico denominado diálisis, en el cual dos materiales -en este caso, la sangre del paciente y el líquido especial de diálisis- de concentraciones diferentes igualan sus concentraciones mediante intercambios que se producen a través de una membrana semipermeable.
La hemodiálisis suele realizarse a pacientes que sufren insuficiencia renal aguda o crónica. Los riñones de esas personas han perdido la capacidad de cumplir con sus funciones y la interrupción o reducción del funcionamiento de los riñones es altamente peligrosa, exigiendo una realización, muchas veces urgente, de tratamiento de hemodiálisis.
En primer lugar, la sangre del paciente es recogida por un catéter en el cuello o en la ingle o por una fístula arteriovenosa, que es una que es una conexión quirúrgica de una arteria con una vena del brazo o de la pierna. La operación debe hacer tres meses antes de la primera sesión. Posteriormente, la sangre es impulsada hasta el dializador, donde se realiza el proceso artificial de limpieza de la sangre.
Normalmente, una sesión de hemodiálisis dura cuatro horas. Ese tiempo puede variar en una franja que va de tres a cinco horas. La frecuencia de las sesiones dependerá de la necesidad del paciente. La mayoría de estas personas tendrán que hacer hemodiálisis cuatro veces a la semana, pero hay personas que necesitan realizar el procedimiento todos los días.
En la mayor parte de las veces, el paciente debe someterse a sesiones de hemodiálisis de por vida. En raras ocasiones los riñones de pacientes con insuficiencia renal aguda vuelven a funcionar correctamente. En la insuficiencia renal crónica, esa situación es prácticamente imposible que ocurra.
Los efectos del procedimiento de hemodiálisis sobre el paciente suelen ser leves. Puede surgir un dolor moderado en el momento de la punción de la fístula arteriovenosa, incluso cuadros de dolor de cabeza, calambres e hipotensión (caída de la presión arterial) durante la sesión.
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