La insuficiencia renal crónica (ERC) es la incapacidad gradual e irreversible de los riñones para cumplir sus funciones. Poco a poco, se vuelven incapaces de eliminar los desechos y el exceso de agua en el cuerpo. La insuficiancia renal crónica se evalúa por la medición de la tasa de filtración glomerular que refleja la capacidad de los riñones. Hablamos de insuficiencia renal crónica, cuando este débito (que se calcula en función de varios parámetros que incluyen edad, sexo sobretodo, pero también en función de la creatinina en sangre, creatinina en suero en la sangre, una proteína que se encuentra en la sangre y se excreta por la orina ) es menor a 60 mililitros por minuto durante más de 3 meses. En función de este débito la insuficiencia renal se denomina moderada, grave o terminal. En general, la insuficiencia renal crónica se debe a la evolución crónica de una enfermedad renal (o nefropatía), una diabetes o una hipertensión arterial. La insuficiencia renal aguda aparece de forma brutal y debe ser distinguida de la insuficiencia renal crónica y tratada de forma diferente.
La insuficiencia renal crónica en sí misma no es directamente responsable de signos clínicos. La aparición de los síntomas es a menudo concomitante con la aparición de sus complicaciones. Algunos síntomas de la enfermedad responsable se pueden encontrar aunque también pueden aparecer síntomas propios de la IRC como una hipertensión arterial por ejemplo. La evolución de la insuficiencia renal crónica causa repercusiones a nivel cardíaco, un aumento en los depósitos arteriales responsables de patologías de los vasos (aterosclerosis con los riesgos que esto implica), desmineralización ósea, pero también la aparición de otras patologías secundarias a los trastornos metabólicos que aparecen.
El diagnóstico de la IRC se realiza a través de una muestra de sangre y el cálculo por el laboratorio de la tasa de filtración glomerular: se habla de IRC cuando el débito es inferior a 60 ml min. Por debajo de 30, existe una insuficiencia renal grave, y se denomina terminal por debajo de 15ml.min. El diagnóstico del laboratorio se complementa a menudo con un ultrasonido del tracto urinario, que muestra una disminución del tamaño de los riñones. En este contexto, otrss investigaciones se deben realizar como una cuantificación de la cantidad de proteínas en la sangre a través de una recolección de 24 horas de orina, para encontrar la patología responsable.
Aparte del tratamiento de la patología responsable, el tratamiento de la insuficiencia renal crónica está basado en el tratamiento de todas sus consecuencias y en la prevención de otras: la tensión arterial especialmente debe controlarse cuidadosamente. En un etapa avanzada que se denomina terminal y la terapia de reemplazo de la función renal es necesaria: en espera de un trasplante de riñón se utiliza la diálisis que es una técnica para reemplazar las funciones que realizan los riñones que ya no funcionan. Existen dos posibilidades: la hemodiálisis realizada varias veces a la semana en el hospital que utiliza una máquina por la cual circula la sangre que será depurada de las moléculas que hay que eliminar y que permitirá asegurar una evacuación del agua retenida en el organismo. La otra técnica puede ser realizada en el domicilio y utiliza una membrana peritoneal como "filtro": es la diálisis peritoneal.
La aparición de una insuficiencia renal crónica se realiza mediante la supervisión periódica de la tasa de filtración glomerular que permite poner de relieve una disminución de la función renal. La investigación y control de la enfermedad causal es la mejor prevención del desarrollo de la IRC.