El prurito senil se caracteriza por picores que aparecen a partir de los 70 años. Es debido a la sequedad de la piel y a su adelgazamiento. Estos fenómenos se deben con frecuencia a una deshidratación y a un descenso hormonal, especialmente en la tasa de andrógenos. El prurito senil se caracteriza por la ausencia de lesiones de rascado aunque a veces es intenso e impide a la persona dormir. Una buena hidratación así como la utilización de una crema hidratante pueden calmar los picores.