La formamida (o metanamida) pertenece a la familia de las amidas, productos derivados unicamente de los ácidos carboxílicos. La formamida deriva, específicamente, del ácido fórmico. La formamida se utiliza para la fabricación de diversos productos, incluyendo pegamentos, adhesivos, papel así como suplementos alimenticios (la formamida se utiliza para fabricar vitaminas sintéticas) y sulfonamidas (moléculas utilizadas en algunos medicamentos). Advertencia: la formamida debe ser manipulada con precaución. Es corrosiva y puede causar quemaduras graves en la piel y en los ojos. Ingerida puede ser mortal. Las mujeres embarazadas deben evitar todo contacto con este producto: puede causar malformaciones congénitas.