Hablamos de disestesia cuando la sensibilidad de una parte del cuerpo está alterada. Las disestesias incluyen los hormigueos, pinchazos, sensaciones de quemor y/o de irritación, dolores y adormecimientos. En general, la disminución (hipoestesia) o el aumento (hiperestesia) de la sensibilidad está estrechamente ligado a una lesión a nivel de la médula espinal cuyo papel consiste en transmitir los mensajes nerviosos entre el cerebro y el resto del cuerpo.