Indicaciones y efectos secundarios de la fluoxetina, conocida con el nombre de Prozac, uno de los fármacos antidepresivo más utilizados a nivel mundial.
La fluoxetina es un antidepresivo de administración oral.
La fluoxetina, comercializada con el nombre de Prozac, está indicada para el tratamiento de la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo, algunos trastornos de la alimentación y ataques de pánico.
La fluoxetina Sarafem se emplea para aliviar los síntomas del trastorno disfórico premenstrual, incluidos los cambios repentinos del estado de ánimo, la irritabilidad, la inflamación y el aumento de la sensibilidad de los senos. Pertenece a una clase de medicamentos denominados inhibidores selectivos de la reabsorción de la serotonina, los cuáles actúan aumentando las concentraciones de serotonina, una sustancia natural del cerebro que ayuda a mantener el equilibrio mental.
La fluoxetina también permite tratar problemas como el alcoholismo, el trastorno por déficit de atención, el trastorno de personalidad fronteriza, los trastornos del sueño, los dolores de cabeza, algunas enfermedades mentales, el trastorno de estrés postraumático, el síndrome de Tourette, la obesidad, los problemas sexuales y ciertas fobias.
Los mitos vinculados a la fluoxetina son numerosos y la mayoría erróneos. Sin duda, el mito más conocido es el del poder adelgazante de la fluoxetina.
En efecto, el consumo de fluoxetina reduce el nivel de ansiedad y de impulsividad pero no ayuda a adelgazar porque el alivio de la ansiedad por comer no siempre se traduce en una disminución del apetito. Así, los enfermos con trastorno de la conducta alimentaria, toman Prozac para evitar los atracones de comida.
Mucha gente cree que podrá adelgazar con estas pastillas, de modo que se automedican. Sin embargo, tomar Prozac sin la supervisión de un médico es peligroso porque tiene muchos efectos secundarios y puede ser completamente contraproducente.
Se dispone de pocos datos de ensayos clínicos y otros estudios relacionados con el consumo simultáneo de fluoxetina y alcohol.
No obstante, aunque la fluoxetina no altere el metabolismo del alcohol ni potencie los efectos cognitivos y psicomotores de esta droga en las personas, no se recomienda tomar alcohol mientras se está tomando fluoxetina.
La intensidad de los efectos secundarios asociados al consumo de fluoxetina depende de la persona pero, por lo general, solo se limitan al primer mes de consumo.
La fluoxetina puede provocar nerviosismo, náuseas, sequedad bucal, dolor de garganta, somnolencia, debilidad, temblor incontrolable de alguna parte del cuerpo, pérdida del apetito, pérdida de peso, cambios en el deseo o la capacidad sexual y sudoración excesiva.
Algunos pacientes también han descrito efectos secundarios más graves como la aparición de un sarpullido, urticaria, fiebre y dolor articular, así como inflamación de la cara, la garganta, la lengua, los labios, los ojos, las manos, los tobillos, las pantorrillas y los pies.
También han experimentado dificultad para respirar o tragar, fiebre, sudoración, confusión, latidos cardíacos rápidos o irregulares, rigidez muscular intensa, alucinaciones y convulsiones.
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