El ácido hialurónico es una molécula presente en nuestro cuerpo que además es inyectada en el rostro para eliminar las arrugas. El objetivo de estas inyecciones es eliminar las arrugas para rejuvenecer la piel del rostro. Al igual que todos los tratamientos estéticos, la inyección de ácido hialurónico puede causar efectos indeseables. Aquí le presentamos algunas recomendaciones para el uso de ácido hialurónico en tratamientos de rejuvenecimiento.
El ácido hialurónico se encuentra presente de forma natural en nuestro organismo. Esta molécula ayuda a mantener un buen nivel de hidratación de la piel.
La intervención consiste en inyectar ácido hialurónico bajo la forma de gel en la piel del rostro. Este gel retiene agua y se mezcla con el ácido hialurónico presente en la dermis. De esta manera, las arrugas son reabsorbidas. El ácido hialurónico es biodegradable y reabsorbible.
Es de gran utilidad para el tratamiento de arrugas, patas de gallo, surcos o pliegues en el rostro. Una piel deshidratada o pálida también puede verse favorecida por la acción del ácido hialurónico. Asimismo contribuye a la relajación de los músculos del rostro.
Para recuperar el volumen o remoldear ojeras, pómulos, mejillas, mentón, mandíbula y labios. Igualmente, para aumentar el volumen de la zona de los pechos y glúteos.También puede ser usado para combatir las secuelas del acné. Las inyecciones deben repetirse cada 1 o 2 años.
Después de la intervención permanezca acostada durante 3 horas. No toque las zonas tratadas. Evite la exposición al sol durante algunos días. Espere por lo menos 3 meses antes de someterse a otra sesión.
Tras un tratamiento con ácido hialurónico pueden aparecer hipersensibilidad de la piel y picor, trastornos de la pigmentación del rostro, y en algunos casos erupciones cutáneas. Por lo general, estas complicaciones son sólo temporales. Consulte con un médico si estos síntomas no desaparecen .
El precio por sesión varía según la superficie a tratar (entre 200 y 500 euros la sesión). El precio de este tipo de tratamiento no es asumido por la Seguridad Social.
Todos los médicos de cualquier rama (generalistas, dermatólogos, etc) pueden practicar la medicina estética. Sin embargo, es recomendable escoger un profesional especializado, acreditado por sus certificados y años de experiencia. No es raro ver médicos que practican con familiares o personas cercanas y de inmediato empiezan a ejercer la medicina estética la cual resulta mucho más lucrativa que una consulta médica habitual. Asimismo, los médicos generalistas y los ginecólogos, por ejemplo, pueden llegar a convertirse en "médicos estéticos" en cuestión de días, sin haber recibido ninguna preparación especial. Otro ejemplo son los pediatras que practican la medicina estética y la pediatría de manera paralela. Las primeras clientes de estos profesionales suelen ser las madres de los niños que atienden.