La bulimia: un trastorno alimentario frecuente en adolescentes
Última actualización: por
Carlos Villagómez
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Muchas personas con bulimia, aunque no todas, también sufren de anorexia nerviosa
La bulimia es a la vez un trastorno psicológico y un trastorno alimentario.
El enfermo se aleja de las pautas de alimentación saludables y consume comida en exceso en periodos de tiempo muy cortos.
Esta forma de comer, totalmente compulsiva, le provoca cierta sensación temporal de bienestar.
Después de esta ingesta compulsiva buscar eliminar el exceso de alimento a través de diversos métodos: ayuno, vómitos, purgas o laxantes.
¿A quién afecta más frecuentemente?
Con diferencia, esta enfermedad afecta a los jóvenes y especialmente a niñas adolescentes y mujeres jóvenes.
La edad media de inicio se sitúa entorno a los 19 años.
Las personas que han sufrido anorexia o han realizado dietas sin control tienen un mayor riesgo de sufrir bulimia.
Dos tipos de bulimicas
La persona bulímica que se purga para evitar el aumento de peso: recurre a los vómitos, diuréticos, enemas o laxantes para evitar aumentar su peso.
La persona bulímica que no utiliza métodos purgativos: en estos casos utilizan el ayuno o el ejercicio físico compulsivo e intenso para no incrementar su peso.
Unas actuaciones recurrentes
La persona sufre episodios de atracones compulsivos que van seguidos de un gran sentimiento de culpabilidad.
Posteriormente aparece una sensación de angustia y pérdida de control mental por haber comido en "exceso".
Estos episodios suelen alternarse con episodios de ayuno o de muy poca ingesta de alimentos pero al poco tiempo vuelven a surgir episodios de ingesta compulsiva.
Se desconoce exactamente cual es la causa
Se desconoce la causa exacta de la bulimia.
Se creee que probablemente se deba a varios factores asociados.
Algunos factores pueden jugar un papel más o menos importante:
genéticos.
psicológicos.
traumáticos.
familiares.
sociales.
culturales.
La persona afectada generalmente es consciente de que su patrón de alimentación es anormal y puede experimentar miedo o culpa con los episodios de ingestión excesiva de alimento y purgas.
Signos y síntomas
Los síntomas de bulimia siempre incluyen episodios recurrentes de:
Ansiedad o compulsión para comer.
Vómitos.
Abuso de medicamentos laxantes y diuréticos.
Seguimiento de dietas diversas.
Deshidratación.
Problemas con la menstruación, que puede desaparecer durante meses o años.
Aumentos y bajadas de peso bruscas.
Caries dentales.
Tratamiento
Las dos aproximaciones al tratamiento son la psicoterapia y los fármacos.
En general, el tratamiento se realiza en medio ambulatorio.
La psicoterapia debe realizarla un terapeuta con experiencia en alteraciones de la conducta alimentaria.
Un fármaco antidepresivo a menudo puede ayudar a controlar la bulimia nerviosa, incluso cuando la persona no parece deprimida, pero el trastorno puede reaparecer al interrumpirse la administración del fármaco.
Se debe realizar un control de peso estricto de acuerdo con los objetivos que se hayan marcado.
Es importante fortalecer la personalidad ya que a menudo existen problemas de autoestima.
En ocasiones es necesario un ingreso hospitalario
En los casos más graves se puede recurrir a la hospitalización en Unidades de tratamiento especializadas.
En primer lugar hay que intentar evitar los vómitos y normalizar el funcionamiento metabólico de la enferma.
Se les impone una dieta equilibrada.
Es muy importante introducir nuevos hábitos alimenticios.
Paralelamente se desarrolla el tratamiento psicológico para corregir la percepción errónea que la paciente tiene de su propio cuerpo.
La familia debe implicarse con el tratamiento ya que en ocasiones el factor que desencadena la enfermedad se encuentra en su seno familiar.
La curación
La curación de la bulimia se obtiene aproximadamente en un 40% de los casos.
A menudo se convierte en una enfermedad intermitente y se vuelve crónica.
La mortalidad supera a la de la anorexia debido a las complicaciones derivadas de los vómitos y del uso de purgantes.
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