Consecuencias de la bulimia

La bulimia nerviosa es un trastorno psicológico con graves consecuencias para la salud física y mental a corto y largo plazo.

Qué es la bulimia

La bulimia es un desorden o trastorno alimenticio que genera en la persona que lo padece la necesidad de comer de forma compulsiva para después provocarse el vómito con el objetivo de eliminar del organismo todo lo que ha ingerido.

Además de un trastorno alimenticio, la bulimia es, ante todo, un problema de salud mental que afecta a la forma en que la persona se percibe a si misma.

Tanto la bulimia como la anorexia tienen una alta incidencia en adolescentes acomplejados con su peso o su figura.

Cuáles son las primeras consecuencias físicas de la bulimia

Los vómitos frecuentes hacen que los ácidos estomacales entren en contacto con los dientes, desgastándolos, debilitándolos y, en algunos caso, provocando su caída. Y no solo esto, además, las glándulas salivales se hinchan y la lengua se seca y enrojece.

Vomitar en exceso no solo irrita la garganta, lo que causa dolores al momento de digerir la comida, sino que también hace perder líquidos al organismo. La deshidratación causa más hambre, por eso los bulímicos comen más y por tanto, vomitan más.

Los episodios de diarrea y gastroenteritis son más frecuentes, así como los calambres intestinales, consecuencia de la deshidratación.

Complicaciones de la bulimia

La bulimia nerviosa origina alteraciones del ritmo cardíaco (arritmia, hipotensión o prolapso de la válvula mitral) como consecuencia de la carencia del potasio en el organismo debido a los continuos vómitos y al abuso de laxantes.

La presión de la sangre en los bulímicos es más baja de lo habitual debido a la continua deshidratación que producen los vómitos. Y no solo esto , el esfuerzo para provocar el vómito provoca la rotura de pequeños vasos sanguíneos tanto en la cara como en el cuello que adquieren forma de puntos rojizos en la piel de la cara y el cuello. También son frecuentes las hemorragias en la conjuntiva de los ojos.

Las alteraciones neurológicas son algunas de las complicaciones asociadas a la bulimia. Las más comunes son la atrofia del cerebro y las crisis epilépticas.

Consecuencias de la bulimia para la salud a largo plazo

Cuando la enfermedad se extiende en el tiempo y el enfermo no recibe tratamiento suelen aparecer trastornos gastrointestinales, úlceras en el esófago debido a la acidez de los jugos gástricos y callosidades en las manos (signo de Russell) por el paso ácido del vómito autoprovocado por el dorso de la mano.

Alteraciones renales vinculadas a la deshidratación, a las diarreas y a la disminución de potasio, sodio y cloro en el organismo.

Las personas bulímicas también suelen experimentar alteraciones hormonales que en la mujeres causan irregularidades menstruales o amenorrea.

Consecuencias psicológicas de la bulimia nerviosa

La necesidad de expulsar la comida fuera del organismo genera sentimientos de inseguridad, baja autoestima y culpa en la persona que se provoca el vómito.

Esta enfermedad es especialmente peligrosa en adolescentes porque causa un cierto cansancio psíquico que desemboca en un bajo rendimiento escolar o laboral.

La depresión puede ser tanto una causa como una consecuencia de la bulimia.

Los intentos de suicidio y el consumo de drogas son más frecuentes entre los bulímicos que además, suelen padecer alteraciones de la personalidad y fobia social (evitan relacionarse con la gente o salir porque no se gustan).

Los bulímicos también experimentan sensación de pánico y ansiedad y sufren alteraciones del sueño a menudo.

Secuelas de la bulimia crónica

La bulimia causa ronquera crónica e infecciones pulmonares por la aspiración hacia el pulmón de alimentos al vomitar, así como la dilatación o rotura del estómago como consecuencia de la ingesta masiva de comida o por el esfuerzo al vomitar.

Foto: © Piotr Marcinski - Shutterstock.com

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