La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual que puede detectarse mediante la realización de las pruebas serológicas VDRL y TPHA. Un rápido diagnóstico permitirá tratar la enfermedad en una etapa inicial antes de que los síntomas se agraven.
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) contagiosa muy expandida y en recrudescencia. El treponema pallidum es la bacteria causante de la sífilis.
La sífilis evoluciona a lo largo de tres etapas: primaria, secundaria y terciaria. Durante alguna de estas etapas el paciente no sufre ningún síntoma por lo que la enfermedad solo puede detectarse mediante un examen serológico.
La sífilis provoca lesiones en la piel y ulceraciones no dolorosas principalmente en las mucosas del pene, la vagina y el ano pero pueden afectar a otros órganos, particularmente, el corazón y el cerebro.
Cuando la sífilis no se trata correctamente puede desencadenar numerosas complicaciones tales como lesiones internas y externas, trastornos cardiovasculares o salud mental grave, pudiendo conducir a la muerte, en casos graves.
La transmisión de la infección se realiza por vía sexual y muy raramente por vía sanguínea o durante el embarazo.
El médico prescribe un análisis de sangre para diagnosticar la sífilis y conocer su virulencia.
Los enfermos de sífilis pueden pasar por tres etapas de evolución de la enfermedad. La sífilis primaria se caracteriza por la aparición de granos rojos y úlceras no dolorosas en la región anal.
En cambio, la sífilis secundaria causa fiebre, cansancio, dolores de cabeza, enrojecimiento de la piel, erupciones cutáneas e inflamación de los ganglios.
El mayor grado de gravedad corresponde a la sífilis terciaria, puesto que los pacientes experimentan inflamación de la aorta, aneurisma o estenosis aórtica, cefaleas, vértigos e incluso modificación de la personalidad.
Existen varias pruebas biológicas que permiten detectar la sífilis pero las más comunes son:
La prueba VDRL (Venereal Disease Research Laboratory, VDRL por sus siglas en inglés) identifica los anticuerpos dirigidos contra todos los treponemas patógenos.
La prueba TPHA (Treponema Pallidum Haemagglutination Assay) identifica el antígeno cardiolipídico.
Si ambas pruebas son negativas significa que el individuo no tiene sífilis, en todo caso, indica que no ha habido ninguna contaminación muy reciente.
No obstante, en caso de duda, se aconseja efectuar un nuevo análisis tres semanas más tarde.
Un TPHA negativo significa que el individuo no contrajo sífilis o que está curado. Por lo tanto, el VDRL también debe salir negativo.
Si los resultados del TPHA son negativos pero los del VDRL son positivos el diagnóstico de la sífilis no es correcto. Al inicio de la infección aparecen granos rojos y la serología se vuelve positiva quince días después de su aparición.
Puesto que la prueba VDRL no es específica de la sífilis, la positividad de dicha prueba indicaría la presencia de enfermedades tales como la hepatitis viral, la mononucleosis infecciosa, la varicela, la tuberculosis o la toxoplasmosis.
Los resultados de las pruebas TPHA y VDRL pueden variar según las técnicas utilizadas por los laboratorios, por tanto, los resultados no constituyen un diagnóstico. Es necesario consultar a un médico con el fin de prever exámenes complementarios o un eventual tratamiento.