El análisis de los gases en sangre arterial, denominado gasometria arterial, permite calcular la cantidad de oxígeno y de gas carbónico contenida en la sangre arterial y su equilibrio ácido-base (tasa de acidez).
También se emplea para evaluar la eficacia de los intercambios pulmonares como la eliminación del gas carbónico y el aumento del oxígeno.
El mantenimiento de una tasa normal de acidez es fundamental para el correcto funcionamiento de todos los órganos del cuerpo, en particular, del hígado y del cerebro. El pulmón se encarga de regularla de forma instantánea.
Cuando todo funciona normalmente, el pulmón y el corazón permiten una adaptación inmediata y continua de la aportación del oxígeno y de la eliminación del gas carbónico.
El médico prescribe un análisis de gases en la sangre arterial en caso de dificultades respiratorias, ahogo o hiperventilación (respiración rápida).
Asimismo, se aconseja efectuar un análisis de los gases en la sangre arterial para controlar la insuficiencia respiratoria, puesto que permite seguir la evolución de esta patología y adaptar lo mejor posible el tratamiento.
Tanto para el hombre como para la mujer, los valores normales de los gases en la sangre arterial deben situarse entre 75 y 100 mm Hg (milímetros de mercurio) para la pO2 (presión parcial de oxígeno) y entre 37 y 40 mm Hg para la pCO2 (presión parcial de gas carbónico).
En cuanto a la acidez de la sangre (pH), los valores normales se encuentran entre 7,37 y 7,43 mientras que los valores normales de saturación de oxígeno (SaO2 ) se sitúan entre el 95 % y el 98 %.
Respecto a los bicarbonatos (HCO3), niveles entre 22 y 26 mmol/l se consideran normales, así como valores situados entre 26 y 30 mmol/l para el CO2 total.
El especialista debe interpretar las variaciones de los diferentes resultados obtenidos mediante la gasometría arterial para poder realizar un diagnóstico adecuado.
La gasometría arterial suele realizarse junto a una espirometría, una prueba de medición de la respiración. Este examen complementario permite obtener un enfoque fisiológico de la deficiencia respiratoria.
Los resultados del análisis de los gases en la sangre no confirmar un diagnóstico porque pueden variar según la técnica utilizada por el laboratorio. Por esta razón, el paciente deberá consultar a un médico para que le aconseje la realización de exámenes complementarios o un posible tratamiento.
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