La insulina es una hormona que regula la cantidad de glucosa existente en la sangre. El examen sanguíneo de insulina permite detectar enfermedades como la hiposecreción o hipersecreción.
La insulina es una hormona hipoglucemiante secretada por el páncreas. La insulina se encarga de mantener una tasa normal de glucosa en la sangre y también permite que las células musculares puedan absorber el azúcar.
La ingestión de alimentos provoca inmediatamente una secreción de insulina.
El análisis sanguíneo de insulina permite detectar patologías como la hiposecreción o hipersecreción en el marco de una diabetes de tipo insulinoma (tumor del páncreas) o hipoglucemia.
No conviene olvidar que la diabetes de tipo I (diabetes azucarada) corresponde a una carencia de insulina, llamada insulinodependiente, mientras que la diabetes de tipo II corresponde a un aumento de la glucemia, y no es insulinodependiente. El tercer tipo de diabetes más frecuente es la diabetes gestacional que se refiere a la diabetes de la mujer embarazada.
El análisis sanguíneo de insulina permite comprobar el equilibrio glucémico en el organismo entre diferentes pacientes, analizar la capacidad de secreción del páncreas y orientar el diagnóstico hacia un tipo de diabetes.
El valor normal de insulina en ayunas debe situarse entre 36 y 110 pmol / l.
Las personas diabéticas tienen un nivel insuficiente de insulina en la sangre por lo que necesitan inyectarse regularmente esta hormona (sistemáticamente en la diabetes de tipo I) para regular el equilibrio glucémico.
El resultado del análisis sanguíneo de insulina presenta valores superiores o inferiores al valor normal, según el tipo de diabetes. El análisis sanguíneo de insulina, denominado examen del péptido C de insulina, debe compararse con el de la glucemia para poder hacer un diagnóstico.
La diabetes de tipo I se caracteriza por una glucemia elevada, es decir, un nivel bajo de insulina en la sangre.
En cambio, la diabetes de tipo II, la más frecuente, provoca un valor normal o elevado de insulina en la sangre.
En el caso de un insulinoma, el nivel de insulina en sangre es normal o poco elevado y la glucemia es baja.
Los ancianos, más resistentes a la secreción de insulina, generalmente tienen niveles más altos de esta hormona en la sangre. Por este motivo, los ancianos son propensos a padecer trastornos del metabolismo que tienen como consecuencia la acumulación de grasas y el deterioro de la pared de las arterias.
El resultado del análisis sanguíneo de insulina puede variar según la técnica utilizada por el laboratorio. Por tanto, los resultados no constituyen un diagnóstico de modo que el paciente debe consultar a un médico con el fin de prever exámenes complementarios o un posible tratamiento.
Foto: © Pixabay.