La vitamina D desempeña un papel en la fijación del calcio en el organismo. Interviene en el proceso de absorción del calcio y del fósforo por el intestino y permite mantener los huesos y los dientes en buen estado.
Esta vitamina se obtiene de la alimentación y es sintetizada por la epidermis, gracias a la exposición a los rayos UV del sol.
El médico puede prescribirle un análisis sanguíneo de la vitamina D a su paciente para verificar la buena asimilación del calcio por el organismo.
El análisis puede es indicado en personas que sufren de problemas óseos y dentarios, especialmente en los casos siguientes: osteoporosis, raquitismo en el niño, osteomalacia en el adulto, tono muscular reducido. La prescripción también puede resultar útil en caso de agitación e irritabilidad aumentadas, disminución del nivel de fósforo en la sangre o bajo nivel de calcio.
Los valores normales del nivel de 25-hidroxi vitamina D (una vez la vitamina D sea metabolizada por el hígado) debe ser superior a 75 nmol/l (30 ng/ml).
La disminución del nivel de vitamina D en la sangre puede explicarse en los casos siguientes: persona mayor de edad, alcoholismo, malabsorción digestiva crónica, insuficiencia renal o hepática, hipotiroidismo, toma de ciertos medicamentos (barbitúricos por ejemplo), hipervitaminosis.
Los resultados de un análisis de vitamina D pueden variar de un laboratorio a otro. Estos no constituyen un diagnóstico. Es importante que el médico interprete los resultados con el fin de que solicite pruebas complementarias o prescriba un tratamiento.
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