La polineuritis, también conocida como polineuropatía o neuropatía periférica, afecta al sistema nervioso periférico, es decir, a los nervios que salen del cerebro y la médula espinal. Estos nervios constituyen el sistema nervioso central.
La polineuropatía afecta las fibras nerviosas más largas y provocan trastornos sensitivos y motores en las partes inervadas por estos nervios. Puede deberse a varias causas, una de las principales es la diabetes, la intoxicación crónica por alcohol y el consumo de ciertos medicamentos, especialmente los quimioterápicos. Por otro lado, las causas más inusuales incluyen sustancias tóxicas, infecciones o enfermedades hereditarias. La evolución de la polineuropatía es por lo general lenta.
Los síntomas de la polineuropatía son de aparición insidiosa (inician lentamente) y progresiva. Casi siempre afectan a los brazos y, sobre todo, a las piernas. Aparecen hormigueos, picazones y parestesias (entumecimiento); sensación de ardor; disminución de la sensibilidad; dolores musculares y atrofia muscular. Las afectaciones motrices son menos frecuentes.
El diagnóstico de la polineuropatía se realiza a través de un examen neurológico para evaluar la fortaleza de los miembros y la sensibilidad en los afectados. A veces, se llevan a cabo una biopsia neuromuscular y un electromiograma (evalúa el sistema nervioso periférico) para medir la velocidad de la conducción nerviosa y el tiempo de reacción de los órganos a las diferentes estimulaciones practicadas.
Existen tantos tratamientos como causas de la polineuropatía. En el caso de que la causa sea una quimioterapia, el tratamiento consiste en un equilibrio de las dosis de medicamentos. En el caso de la diabetes, el control estricto de la evolución de la enfermedad limita la afectación de los nervios periféricos. Se recomienda dejar de consumir alcohol cuando sea la causa, así como otros tóxicos potencialmente involucrados. Si se trata de una deficiencia de alimentos, una cura con vitamina B1 puede prescribirse.
Algunos responsables de la polineuropatía pueden prevenirse, como el consumo excesivo de alcohol. Por lo tanto, es esencial moderar la ingesta y mantener una dieta equilibrada. También es recomendable protegerse de materiales potencialmente tóxicos.
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