El voleibol es un deporte que se juega con pelota y en el que participan dos equipos. Se juega en una cancha con una red central que divide los dos campos, uno de cada equipo. La pelota ha de pasar al terreno del contrario por encima de la red.
El voleibol nació en febrero de 1895 en Massachusetts, Estados Unidos. Su inventor fue William George Morgan, un profesor de educación física de la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes, en español). Era un juego de interior por equipos que tenía ciertas características comunes con el tenis o el balonmano. También se le conoce con otros nombres: balonvolea o simplemente vóley, del inglés volleyball.
El voleibol es un deporte que se juega con pelota y en el que participan dos equipos. Cada equipo tiene seis jugadores y el área de juego de ambos equipos está separada por una red central. El objetivo es hacer pasar el balón por encima de la red y lograr que llegue al suelo del campo contrario. A su vez, el otro equipo intenta impedir que el equipo adversario lo consiga. Surge una fase de ataque en un equipo cuando intenta que el balón toque el suelo del campo contrario, mientras que en el otro equipo surge una fase de defensa cuando intenta impedirlo.
El campo del voleibol tiene forma de rectángulo y mide 18 m de largo por 9 m de ancho. Está dividido en su línea central por una red que es la que separa a los dos equipos. El espacio libre sobre la pista debe tener una altura mínima de 7 m (en las competiciones internacionales esta medida es de 12,5 m). El campo de juego está rodeado de una zona libre de al menos 3 m de ancho, en la que también está permitido jugar el balón. La red está a una altura desde el piso al borde superior de 2,43 m para hombres, 2,24 m para mujeres y 2,55 m para equipos mixtos.
El balón solo se puede tocar con las manos y los brazos, aunque actualmente está permitido el contacto del balón con cualquier parte del cuerpo, incluidos los pies. A medida que se consiguen puntos, los jugadores van rotando sus posiciones. Los golpes del balón deben ser limpios y el balón no se puede parar, sujetar, retener ni acompañarlo. Cada equipo dispone de un máximo de tres toques para devolver el balón al campo contrario (además del contacto del bloqueo).
Hay seis jugadores en cada equipo que pueden ser sustituidos en determinadas circunstancias. Tres de ellos forman la línea delantera en tareas de ataque y los otros tres se colocan detrás y actúan de defensores o zagueros. Cada jugador tiene un número que va del 1 al 20, colocado tanto en la parte delantera como en la trasera de la camiseta. Uno de los jugadores tiene las funciones de capitán del equipo y se identifica por una banda visible debajo de su número.
En 1923 se introdujeron las llamadas rotaciones para mejorar el sistema de juego. Así todos los jugadores se ejercitan en los diferentes puestos y deben conocer todos los aspectos del juego. En un partido se pueden alinear hasta dos jugadores especiales que se denominan líberos. Un líbero es un jugador defensivo que puede entrar y salir continuamente del campo para sustituir a cualquiera de los otros jugadores, cuando por rotación se encuentran en posición defensiva. Solo puede jugar en la cancha un líbero a la vez. El objetivo de la introducción del líbero es cubrir el puesto de los jugadores atacantes, generalmente muy altos, que ofrecen por ello mal rendimiento en la recepción del balón.
El voleibol favorece la coordinación y la concentración, mejora la rapidez, la habilidad y los reflejos, además de reforzar los muslos y abdominales durante las carreras. Es un deporte en el que no se producen contactos ni choques entre los jugadores, ya que existe una buena cohesión con los compañeros de equipo, por lo que es una buena actividad de socialización.
No hay ninguna contraindicación en particular. Puede practicarse a cualquier edad y no es necesaria una gran resistencia. La ausencia de contacto lo hace un deporte poco peligroso. Únicamente hay que prestar atención a los problemas de espalda —como escoliosis (curvatura de la columna)— y de las rodillas.
Aunque el voleibol sea un deporte no violento, existen ciertas patologías ligadas a esta práctica. Puede provocar microtraumatismos en los dedos (torceduras, luxaciones y fracturas); torceduras en los tobillos; torceduras y contusiones de la rodilla; traumatismos en la cara y lesiones oculares (causadas por el balón); lumbalgias, calambres y desgarros musculares.
A partir de los 3 años, se puede practicar el baby voleibol. Estimula el desarrollo cognitivo y motor del niño, además trabaja el equilibrio, la coordinación y el espíritu de grupo. Se practican manipulaciones de los balones con formas variadas.
Durante el verano, el voleibol es un deporte que se practica mucho en las playas. La arena es un amortiguador natural que suaviza los golpes, además es un deporte que se practica al aire libre, es agradable, lúdico y ecológico. La infraestructura y el equipamiento son muy simples: una red, ropa cómoda y un balón. Es un deporte que favorece el espíritu de convivencia y la buena armonía. Solo hay que tener cuidado con las quemaduras por la exposición prolongada al sol.
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