Los monocitos son grandes glóbulos blancos de la sangre, cuya función es la de destruir ciertos tipos de virus y bacterias para proteger el cuerpo contra el desarrollo de una infección.
Una tasa de monocitos alta, también conocida como "monocitosis", indica que los monocitos se multiplican para luchar contra las enfermedades infecciosas. La elevación de monocitos es generalmente transitoria en el contexto de infecciones agudas como la mononucleosis infecciosa pero también puede ser sostenido en un cierto número de patologías crónicas como ciertos tipos de cáncer, enfermedades inflamatorias o en formas de leucemia (la enfermedad de la médula ósea donde las células que fabrica proliferan).