La erección post-mortem (o erección terminal) designa un fenómeno que se puede observar en algunos cadáveres de hombres, espacialmente después de una ejecución o un suicidio por ahorcamiento. Se explica por la presión ejercida sobre el cerebelo y la médula espinal de la cuerda y por el aflujo de sangre hacia las partes bajas del cuerpo, como por ejemplo los órganos sexuales. También puede observarse este fenómeno en ciertas muertes violentas como un envenenamiento o una muerte por bala a nivel del cerebro.