La experimentación animal consiste en practicar diversas experiencias con los animales con el objetivo de sacar un beneficio o provecho para el ser humano. Puede tratarse, por ejemplo, de probar una nuevo medicamento o un tratamiento médico sobre un animal con el fin de evaluar sus eventuales efectos secundarios sobre el ser humano. Varias especies animales pueden utilizarse pero la más frecuente es el ratón. La experimentación animal es controvertida: aunque favorezca ciertos avances médicos a veces está mal empleada. Sin embargo, existe un reglamento muy estricto desde el punto de vista europeo para hacer que el sufrimiento del animal de laboratorio sea mínimo (directiva nº 86/609/CEE).