El vaginismo es la imposibilidad de penetración vaginal. Esto significa no poder usar tampones durante la menstruación, no poder hacerse una citología en las revisiones ginecológicas y no poder tener relaciones sexuales con penetración. Se debe a una contractura de la vagina que está tan cerrada que impide el acceso a su interior.
Muchas mujeres sufren vaginismo, algunas en silencio pensando que es algo inherente a su personalidad y otras buscando solución en las terapias psicológicas.
El vaginismo puede ser primario o secundario.
Las causas del vaginismo primario son bastante desconocidas actualmente. La única explicación que hasta ahora se ha encontrado es el trauma psicológico: una primera relación nefasta, una violación, recuerdos obscuros de la infancia, rechazo al propio cuerpo, miedo al embarazo y una lista más o menos similar, basada siempre en problemas psíquicos no resueltos.
El vaginismo secundario puede aparecer después de algunas enfermedades, partos o intervenciones quirúrgicas.
La edad de las pacientes que consultan por vaginismo está comprendida entre los 25 y 40 años. Las más jóvenes buscan ayuda porque se dan cuenta pronto de su limitación y quieren solucionar el problema y las más mayores, o porque quieren mejorar la relación de pareja o, generalmente, porque desean tener un hijo. Son muchas las mujeres que se han hecho inseminaciones, debido a la imposibilidad de tener relaciones sexuales con penetración. La constante aparición de casos nuevos, demuestra que hay más mujeres afectada de lo que nos imaginamos.
Pueden ser chicas jóvenes que no usan tampones (los padres no le dan ninguna importancia) a parejas que no tienen hijos. Muchas de estas mujeres tienen pareja estable y algunas desde hace muchos años y mantienen una relación con una sexualidad diferente al resto de la gente.
La fisioterapia especializada soluciona los casos de vaginismo primario y secundario, tratando el problema casi de la misma manera que si se tratara de una contractura muscular. La experiencia del terapeuta y la manera de aproximarse es importante para conseguir buenos resultados. Crear una buena relación de confianza es básico siempre pero más aún en estos casos. Estas pacientes no tienen la costumbre de visitarse con un ginecólogo con lo cual el pudor es mayor de lo normal y se agrava con el miedo al dolor y al fracaso.
Una vez iniciada la terapia la penetración vaginal se consigue de un modo gradual y en poco tiempo se puede llegar a una la penetración total y sin dolor.