Las varices son una manifestación provocada por alteraciones y trastornos en las válvulas de las venas, lo que provoca que se dilaten y se deformen. Son bastante comunes en las mujeres y suelen aparece en las venas de las piernas y, aunque menos conocidas, también suelen aparecer en la región pélvica causando síntomas muy desagradables.
Las varices pélvicas se producen por el mismo trastorno que suele ocurrir en las piernas, solo que en este caso ocurre en las venas de la región de la pelvis, llamadas venas ováricas y venas ilíacas internas. Su diferencia respecto a las varices convencionales son los síntomas ocasionados por el problema.
Las varices pélvicas se producen por el debilitamiento de las paredes y de las válvulas de las venas pélvicas. Esta situación se produce principalmente por cuestiones genéticas. De forma más rara, las varices en la pelvis pueden surgir por obstrucciones venosas producidas por dos síndromes muy comunes: el síndrome de Nutcracker (cascanueces) y el síndrome de Cockett.
Otro factor de riesgo muy importante para la aparición de las varices pélvicas es el embarazo. Cuantas más veces esté embarazada una mujer a lo largo de su vida, mayor será la presión ejercida por el útero y el bebé sobre las venas, sean pélvicas, de las piernas o de la vulva. Además de esto, las alteraciones hormonales experimentadas por la mujer durante la gestación también aumentan el riesgo de varices pélvicas o de otra naturaleza.
Los síntomas de las varices pélvicas son el dolor crónico en la región y dolores durante y después de las relaciones sexuales. No obstante, este cuadro de síntomas podría provenir de diversas dolencias médicas. Por eso, son necesarios algunos análisis que permitan confirmar el diagnóstico. Otro factor que permite acercarse a la confirmación es la aparición de varices en la vagina y también en las piernas.
El primer examen para alcanzar el diagnóstico de las varices pélvicas es la aplicación de ultrasonido transvaginal, un procedimiento que evalúa las venas de la región pélvica y del entorno. En el caso de que se constante anomalías en las vengas, es necesario realizar otros exámenes como la angiotomografía, que ayudarán al médico especialista a determinar qué tratamiento es el más adedcuado.
El tratamiento más recomendado para las varices pélvicas es el hormonal. Los comprimidos de progesterona reducen la vascularización en la pelvis, además de disminuir la ovulación de la mujer. Cuando esa terapia no surte efecto, la única alternativa es la cirugía, que se hace de la misma forma que para las varices de las piernas.
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