El síndrome de Smith-Magenis es una patología genética que afecta aproximadamente a uno de cada 20.000 nacidos. Se caracteriza por un retraso mental, transtonos del sueño y del lenguaje y malformaciones a nivel de la cara (frente abombada, ojos hundidos, orejas bajas). Su pronóstico varia en función de los pacientes y depende en gran medida de la severidad de los transtornos y del seguimiento que tenga el enfermo. Los tratamientos son sintomáticos. Para corregir los transtornos del comportamiento a veces se proponen tratamientos con psicotropos.