El ser humano posee dos tipos de tejidos adiposos (reserva de grasas): el tejido adiposo blanco y el tejido adiposo marrón. El tejido adiposo marrón está formado por adipocitos marrones. El tejido adiposo marrón está presente en el feto y en los niños pequeños. Particularmente se concentra a nivel del cuello, las axilas, la espalda, la zona suprarrenal y el mediastino (la caja torácica que contiene el corazón). Los adipocitos marrones utilizan los ácidos grasos que contienen para producir calor. Esto permite especialmente al recién nacido soportar la diferencia de temperatura que existe entre el vientra materno y el medio exterior en el momento del nacimiento. La presencia de tejido adiposo marrón residual en el adulto fue demostrada cientificamente en 2009. En la edad adulta el tejido adiposo marrón participa también en la regulación térmica corporal pero en menos medida que durante la infancia.