Aproximadamente, una de cada cinco mujeres ha expulsado flujo vaginal de color marrón durante los tres primeros meses de embarazo.
El flujo vaginal de color marrón suele tener un origen benigno, puesto que se trata sencillamente de una pérdida de sangre acumulada. Sin embargo, es necesario ser prudente y hacerse un chequeo para evitar complicaciones graves.
Estas pérdidas de color variable (marrón o rojo muy oscuro) aparecen en los tres primeros meses de embarazo. Por lo general, corresponden a un sangrado que resulta de un pequeño desprendimiento del huevo o cigoto en la pared uterina. El aspecto marrón se debe a la evacuación de la sangre retenida como consecuencia de este fenómeno.
En efecto, durante el embarazo suele expulsarse un líquido de aspecto marrón y menos abundante que el sangrado de la menstruación. Las pérdidas pueden prolongarse varios días y venir acompañadas de dolores abdominales pasajeros.
Por lo general, el flujo marrón desaparece espontáneamente después de la semana 12. Si ha aparecido como consecuencia de un ligero desprendimiento del huevo (puede observarse con una ecografía o ultrasonido), el médico aconsejará reposo, aunque no todos los especialistas estén de acuerdo en la eficacia del reposo.
Es indispensable consultar a un ginecólogo con el fin de evitar posibles complicaciones en cuanto se perciban los primeros signos y síntomas.
Si los flujos marrones son abundantes y aparecen acompañados de dolores pueden estar relacionados con un problema de salud grave.
Los flujos marrones pueden ser síntoma de un aborto espontáneo o de un embarazo extrauterino.
Dos exámenes son indispensables para confirmar o descartar un aborto o embarazo extrauterino. En primer lugar, el análisis de la hormona beta HCG. Normalmente, el nivel de esta hormona aumenta progresivamente durante las primeras ocho semanas de embarazo, alcanza su máximo nivel entre las semanas 7 y 12 y a partir de este momento empieza a disminuir progresivamente hasta el final del embarazo.
En segundo lugar, debe realizarse una ecografía (o ultrasonido) para observar la actividad cardíaca del embrión o feto, así como para descartar o confirmar la hipótesis de un embarazo extrauterino o ectópico.
Foto: © dolgachov - 123RF.com