Los loquios corresponden a la pérdida de sangre, de fragmentos de mucosa y de secreciones linfáticas que aparecen después del parto. Estas pérdidas vaginales duran de dos a tres semanas y son una manifestación del útero que irá recuperando poco a poco su tamaño normal. Totalmente natural, este fenómeno este fenómeno se detiene cuando la pared uterina, sobre la que se insertaba la placenta, está totalmente cicatrizada. La lactancia materna favorece la expulsión de los loquios gracias a la producción de occitonina, una hormona que provoca las contracciones del útero.