Una molécula decimos que es orgánica cuando contiene átomos de carbono (C) ligados a átomos de hidrógeno (H). Es, por ejemplo, el caso del metano (CH4) que es la más pequeña de las moléculas orgánicas que conocemos. Las moléculas orgánicas pueden distinguirse durante la combustión porque los átomos de carbono se transforman en dióxido de carbono (CO2) y los átomos de hidrógeno en agua (H2O). De hecho, si una combustión lleva a la formación de estos dos productos sabemos que lo que se ha consumido contenía moléculas orgánicas.