Un retraso psicomotor en un niño se caracteriza por la apariciòn de dificultades en la motricidad y/o en las adquisiciones mentales y/o sensoriales. El retraso motor a menudo va ligado a un retraso mental y por eso hablamos de transtorno psicomotor. El niño que sufre un retraso psicomotor tendrá, por ejemplo, dificultades para mantenerse sentado y no conseguirá andar o hablar a una edad normal. El déficit intelectual se manifestará sobretodo de forma más marcada a la edad de 3 o 4 años con dificultades en el lenguaje y de interacción con los demás.