El término asintomático se opone al término sintomático y se utiliza en caso de ausencia de síntomas. Decimos que una patología es asintomática cuando el paciente no presenta ninguna manifestación clínica, cuando una observación simple no permite detectar un síntoma característico de esta patología. Por ejemplo, la hipertensión arterial y la diabetes son asintomáticas. Al principio sólo pueden diagnosticarse a través de un exámen clínico o biológico antes de evolucionar a un estado más avanzado.