El pie griego es un pie que se caracteriza por un segundo dedo más largo que el dedo gordo. Aproximadamente un tercio de la población tiene un pie griego. Se distingue del pie egipcio (el más frecuente de todos) en el que el dedo gordo es el más avanzado y en el que cada dedo del pie es más corto que el precedente. Además del pie griego y del pie egipcio un escaso porcentaje de la población posee el pie romano que se caracteriza por tener los cuatro dedos del pie de la misma longitud (sin embargo el quinto dedo es más pequeño que los otros).