Permanecer en cama luego de despertar, las comidas rápidas y la diferencia horaria causados por las vacaciones provocan la desorganización del sueño de los adultos y de los niños. Pero al regreso de vacaciones se necesita recuperar la frecuencia horaria de despertar, las comidas regulares y un sueño reparador para afrontar el reingreso a clase o al trabajo.
El Instituto Nacional del Sueño y Vigilancia (INSV) de Francia recomienda adoptar rápidamente los horarios de sueño regulares para recuperar un buen ritmo de sueño antes del reingreso a clases o al trabajo.
Es importante acostumbrarse nuevamente a levantarse temprano cada día, incluido los fines de semana, con el fin de que el organismo se habitúe. Se recomienda acostarse cuando se empieza a bostezar o a parpadear en la noche.
Para no sentirse cansado al reanudar a trabajar, es conveniente dormir bastante, por lo menos algunos días antes. Hay que tratar de acostarse más temprano y esforzarse por no levantarse demasiado tarde para reducir progresivamente la diferencia causada por las vacaciones. La noche anterior al primer día de trabajo, hay que dormir lo suficiente.
Para los que generalmente no pueden dormir temprano, realizar poco ejercicio físico en el transcurso del día les permitirá dormir más fácilmente. En cambio, es desaconsejado practicar una actividad física antes de acostarse.
Cuando las horas de despertar y de acostarse son cambiadas, también ocurre con las comidas. En vísperas del reingreso al trabajo, el hecho de comer sus comidas de modo regular puede ayudar a encontrar un buen ritmo de sueño. Si no lo hacían durante vacaciones, los niños deben obligatoriamente retomar la costumbre de comer de modo equilibrado por la mañana para poder permanecer concentrados a lo largo del día.
La readaptación a los horarios por parte de los niños debe hacerse de modo progresivo. Para ellos, las vacaciones fueron un período de relajamiento. Deben comenzar a adoptar un ritmo similar al del ritmo escolar una semana antes del reingreso a clases. Los padres pueden, por ejemplo, adelantar la hora de acostarse y de levantarse con el fin de que los niños recuperen sus hábitos con calma y no tengan sueño en el día. Los niños necesitan un sueño largo y recuperador para estar atentos durante las horas de clase.
El INSV recomienda a los adolescentes adoptar un ritmo bien definido con horarios regulares de acostarse y levantarse para satisfacer sus necesidades de sueño.
Los adolescentes pueden padecer la falta de sueño a causa de las limitaciones horarias impuestas por el ritmo escolar y su ritmo de vida practicadas durante el fin de semana. Según el Instituto, las anomalías del sueño en la adolescencia pueden favorecer la irritabilidad, los trastornos de concentración, atención y memoria, el riesgo de ansiedad o incluso causar un aumento de peso.
Recuperarse de una diferencia horaria puede tomar varios días a varias semanas. Durante el viaje, es recomendado ajustar su reloj a la hora del lugar de llegada para adaptarse lo más rápidamente posible a un nuevo ritmo. Aunque dos o tres noches son necesarios para encontrar un sueño normal, hay que obligatoriamente adoptar los horarios de sueño, pero también de comida del país que se visita.