La sarna es una enfermedad provocada por un parásito invisible al ojo, el ácaro sarcopte. A pesar de ser muy contagiosa, la sarna no es una enfermedad grave. Sin embargo, es a menudo mal vista y considerada como una enfermedad vergonzosa.
La sarna, también llamada escabiosis, provoca lesiones en la piel y picores que se agravan en la noche. Los ácaros hembra cavan pequeños túneles en la piel, donde ponen sus huevos, provocando lesiones cutáneas y comezón.
La transmisión se efectúa directamente mediante contagio humano. Las personas infectadas contagian la sarna durante el periodo de incubación.
La transmisión de la sarna necesita de contactos íntimos. Por lo tanto, es considerada también como una ETS (enfermedad de transmisión sexual). El contagio se realiza directamente por contacto humano, ya sea por el simple toqueteo, el contacto con la ropa u objetos personales de la persona que tiene sarna.
Por lo general, la sarna se localiza entre los dedos, las muñecas, los codos, las axilas, el ombligo, los muslos y los órganos genitales externos.
El diagnóstico de la sarna es a menudo difícil de efectuar ya que las lesiones cutáneas (acompañadas de picores, estrías o ampollas) no son siempre detectadas. Por eso, es necesario seguir un tratamiento experimental para estar seguros del diagnóstico.
El bebé siente comezón y realiza movimientos en todas direcciones porque intenta calmar el picor. En su cuerpo, aparecen con frecuencia lesiones cutáneas por rascarse. Generalmente, se observa una sobreinfección de las heridas.
Para conocer más detalles sobre cómo tratar la sarna o escabiosis, consulta esta ficha.
Foto: © Syda Productions - Shutterstock.com